Nos encanta mantener y embellecer a nuestras mascotas, es que somos sus primeros fans, pero ese consentimiento a veces sobrepasa lo natural cuando lo estético lo priorizamos. Por ejemplo, hacerle un cambio de look muy extravagante o pintarle el pelo con tinturas para humanos. Pintarle el pelo a los perros podría convertirse en una controversia entre si está bien hacerlo o no, pero lo cierto es que esta práctica podría ser peligrosa.
¿Es recomendable teñir el pelo de un perro?
Aunque esta parece ser una tendencia en pleno auge, no compartimos teñir el pelo a las mascotas. Si bien es cierto que existen pinturas más inofensivas con componentes orgánicos o tintes semipermanentes que son más idóneos para animales, creemos que esta es solo una práctica que se trata de una conducta que “humaniza” a los perros.
En este sentido, médicos veterinarios ven con profunda preocupación cada vez más perros y otras mascotas con adaptaciones únicamente propias de los humanos como pintar las uñas, usar vestidos y zapatos o dibujar tatuajes, entre otras modas.
No sugerimos el uso de ninguna práctica que altere el comportamiento natural y habitual de los perros, todos los dueños de mascotas deben saber que el proceder de «humanizar» a los animales solamente los perjudica, y te explicamos el porqué.
Los animales por sus características naturales de sobrevivencia evidentemente se les dificultan su aprendizaje, ellos solo necesitan comprender su rol dentro de la manada y con la humanización entran en un estado de confusión y poco a poco van perdiendo esas conductas lo que les desencadena crisis de estrés y ansiedad.
El perro además se puede ver afectado negativamente en su interacción social. Es decir, entre ellos mismos no se reconocen como deberían y la liberación de feromonas que olfatean para su reconocimiento también se ve perjudicada. Aparte los caninos tienden a acicalarse y limpiarse ellos mismos pudiendo ingerir estos compuestos mientras se lame y por consecuencia despertar malestares digestivos y neurológicos.
Peligros de pintarle el pelo a un perro
Parece un acto muy inofensivo pero teñir el perro de una mascota tiene algunos riesgos. Recordemos que la piel es el órgano absorbente más grande del cuerpo y en los perros es su única protección de todos los factores externos y agentes contaminantes.
Hay mascotas muy bien cuidadas y cuentan con una piel y un pelaje bastante saludable, pero hay otros caninos que su piel es delicada, bien sea porque está en estado muy seca o es más susceptible. En cualquiera de los casos, el tener contacto con un químico tan fuerte como lo es la tintura para el pelo puede provocar reacciones negativas en el perro como enrojecimiento severo, picazón y hasta lesiones en la piel desde reacciones alérgicas como la dermatitis hasta quemaduras internas y externas y en el peor de los casos puede desencadenar una ceguera.
Los cachorros y las razas propensas a alergias como pueden ser el bulldog, maltés, westies y poodle son los más vulnerables a desarrollar alergias cutáneas o hipersensibilidad.
Si colorear el pelo de tu mascota ya es un hecho, te dejamos algunos consejos para que tengas éxito con el resultado
La mejor opción que puedes elegir son los colorantes de alimentos, ya que necesitamos estar seguro de que no va a ocurrir nada grave en caso de que lo ingiera o lo lama. Otra posible alternativa es que utilices algún azucarado de hacer bebidas para teñir el pelo.
Prueba de esta manera, en una bañera mezcla el colorante con agua a temperatura natural y con cuidado y sutileza puede meter al perro, también puedes intentarlo con un atomizador para que tengas mejor control de lo que quieres pintar.
Bajo ningún motivo utilices productos que están destinados para humanos, ni tintes ni champús o jabones ya que además de todas las consecuencias antes expuestas también puede cambiar el pH del perro y se provocaría el nacimiento de bacterias.
Otro punto importante es que si tu perro ya tiene antecedentes de alergias cutáneas no debes intentar ningún cambio en el color de su pelaje sin la presencia de un médico veterinario o sin los productos más adecuados. Por otra parte, es preocupante que no exista una regulación o normativa sobre el uso de estos productos y de estas prácticas.